miércoles, 12 de septiembre de 2012

Distinto desde entonces


Nota: esta historia no la hemos escrito nosotras, sino una amiga nuestra que nos ha dado permiso para publicarla ^^ Contiene BL y un poco de GL.


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Un día desperté al lado de un amigo. Yo sólo llevaba calzoncillos mientras que él estaba totalmente desnudo.

Yo, asombrado, intentaba que mi amigo despertara.

— ¡Dylan, tío, despierta! ¡Dylan, Dylan, Dylaaaaan!
— ¿Qué pasa? ¿Por qué chillas?

Él con la sabana, tapándose sólo de cintura para abajo, se miró, me miró y preguntó:

— Gabriel, ¿qué hacemos juntos en la misma cama y medio desnudos?
— Dylan, no sé, sólo me acuerdo de que ayer nos fuimos de fiesta y…
ya no recuerdo nada.

Dylan, con una mano en la cabeza, se sentó en la cama y dijo:

— Espero que no nos echaran nada en la bebida, que a mí me sienta fatal. ¿Hicimos algo?
— ¡Me parece que no, pero no me acuerdo!

Me levanté y me vestí. En cuanto acabé, empezó a vestirse él.

Nos fuimos al comedor. Yo me senté en el sofá y Dylan fue a por dos tazas de café. Yo empecé  a mirar los mensajes de mi móvil y vi uno que era de un número privado. Lo abrí y resultaba ser una foto en la cual salíamos Dylan y yo besándonos. Llamé a Dylan, le enseñé la foto, se sentó a mi lado en el sofá y dijo:

— Creía que no habíamos hecho nada, pero esto es demasiado fuerte… ¿Nos estamos besando? Pero que yo no soy gay.
— Dylan, yo tampoco soy gay, también me he quedado flipando con la foto; pero si es lo que pasó, hay que actuar con normalidad.

Dylan y yo nos fuimos al instituto y, luego, a las clases. Yo no me podía concentrar en atender a lo que decían, porque por mi cabeza pasaban cosas. No dejaba de pensar que Dylan podría besar bien, que era muy guapo, que si el sentiría lo mismo por mí… Cosas así. Me sentía muy estúpido.

Llegó la hora del recreo. Fui con mi mejor amiga Annie y le expliqué que pasó una cosa y que ahora me sentía atraído por Dylan. Ella empezó a reírse y me dijo entre risas:

— Gabriel, jajaja, esto es muy fuerte, jajaja… ¿Por Dylan? Jajaja, ¿en serio? Jajaja…
— Sí, Annie, me gusta Dylan. Yo siempre diciendo que soy heterosexual y ahora estoy empezando a sentir atracción por él. ¿No crees que se lo tendría que decir a él?
— Sí te soy sincera, decírselo será lo peor que puedes hacer.
— Pero si no se lo digo creo que reventaré. ¿Tú has visto a Dylan? Es rubio, ojos verdes y está cañón…
— Mira, Gabri, yo no soy muy experta en chicos pero sí que lo soy en temas homosexuales, así que yo esperaría a decírselo.
— Pero, Annie…

Pasó Dylan por delante y me saludó, entonces yo miré a Annie y le dije:

— Me encanta cuando me habla, me gustaría volver a besar esos labios, y…

Annie me pellizcó y me dijo que me centrara. La hora del recreo se acabó. Nos fuimos a clase Annie y yo y seguíamos hablando de otras cosas. Tenía clase con Dylan. Él, como no tenía el libro, se sentó a mi lado. Yo me puse muy nervioso y él me preguntó:

— Gabriel, ¿qué te pasa? Llevas todo el día muy raro.
— Dylan, no me pasa nada, tranquilo.

Se acabó la clase y Dylan me dijo que me llamaría por la tarde para ir a algún sitio.
Yo, al llegar a casa, comí. Al acabar, me senté a esperar la llamada de Dylan.
Eran ya las seis y Dylan llamó, pero me dijo que ya era muy tarde y que mañana iríamos al cine.

Al día siguiente, un sábado, por la mañana Dylan me llamó para ir al cine a ver la película «Intocable».

Llegamos al cine, entramos en la sala, empezó la película y, sin pensar, besé a Dylan. Él, chillando, me preguntó:

— Gabri, tío, somos amigos, ¿pero y esto? ¿Qué te pasa? ¿Por qué me has besado?
— Dylan, te tengo que contar algo. Anda, siéntate y tranquilízate.

Dylan se sentó y yo le expliqué:

— Lo que tengo que contarte es que, desde esa noche, no he dejado de pensar y… Dylan, tío, soy gay y me gustas.
— ¿Pero cómo…? ¿Qué me estás contando? Tío, que tú no puedes ser gay.
— ¿Por qué no?
— Pues porque eres moreno, ojos verdes y has tenido novia.
— ¿Y eso qué más da?

Dylan bebió agua y me preguntó:

— ¿Y el primer chico que te ha gustado soy yo?
— Sí, Dylan, eres tú.

Dylan y yo acabamos de ver la película y nos fuimos al parque para que hablaramos de lo que había pasado en el cine. Estuvimos un rato y yo intenté volver a besarle. Él se apartó y nos fuimos a casa. Yo empecé a hacer deberes sin dejar de pensar en él y al cabo de un rato recibí un mensaje suyo al móvil en el que ponía: «Gabri, tengo que hablar contigo» y yo le envié uno diciéndole que hablaríamos el lunes en el instituto».

Al llegar el lunes, Dylan y yo nos pusimos a hablar y él me dijo que tenía ganas de besarme y nos besamos. Annie, al vernos besándonos, nos hizo una foto.

Dylan, Annie y yo nos fuimos a clase. El profesor de esa hora no vino, así que Annie nos preguntó si Dylan y yo íbamos en serio. Yo contesté que no lo sabía, pero Dylan dijo que sí y me volvió a besar. Entonces, embobado, le pregunté a Annie si ella tenía novia y nos presentó a Sandy. A la media hora de clase me puse a hablar con Annie.

— Ya sé que dijiste que me esperara, pero en el cine no pude resistirme y le besé.
— Pero, tío… ¿A qué esperabas para decirme que estabais juntos?
— Pues no sé, a hoy.
— Jeje — Se río ella.

Annie y yo volvimos con Dylan y Sandy, y yo le dije a Dylan:

— Te quiero mucho, y espero que estemos juntos mucho tiempo.
— Yo también te quiero, Gabri, y también espero eso.

Dylan y yo nos besamos y Annie y Sandy también, y todos nuestros compañeros de clase se pusieron a aplaudir y a decir: «¡Ohh! ¡Qué bonito!».

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